El mundo tiene la suficiente belleza como para disfrutarla con calma. El ritmo vertiginoso de nuestro día a día nos impide prestar la suficiente atención a los tesoros que nos rodean. Y, desgraciadamente, esto ocurre desde la más tierna infancia. Los niños necesitan referentes que les enseñen a pararse y contemplar las maravillas de su entorno, sin prisas, sin agobios. ...