Vivir un embarazo es vivir una época de emociones y cambios; no solo físicos y emocionales para la mujer, sino también económicos. Y es que, cuando nos hablan o hablamos de todo lo que provoca un embarazo y los gastos que genera, pensamos solo en los que genera el parto, dependiendo si tenemos uno en un hospital público o privado, pero no son estos los únicos gastos que se tienen en esta etapa.
Antes del parto vas a comenzar con diferentes estudios y consultas, entre los que se incluyen:
- Estudios de sangre: para evaluar tu estado de salud, por lo menos 1 vez cada dos meses.
- Ultrasonidos: Para revisar la evaluación del bebé. Estos son 1 vez al mes o cada 15 días, dependiendo de la evaluación de tu embarazo.
- Medicamentos: Pueden ser solo las vitaminas o también algún otro medicamento que tu doctor considere necesario.
- Consultas: Puede ser solo con el ginecólogo o incluir un nutriólogo u otros especialistas, dependiendo de tu salud. Estas consultas son mensuales o quincenales dependiendo de tu estado y evolución del embarazo.
Sí, sabemos que todo esto ya suena a mucho dinero y la realidad es que sí lo es. Por eso, es importante tomar algunas medidas antes de nuestro embarazo, una de estas medidas es contratar un seguro de embarazo.
Con este tipo de seguros cuentas con membresías médicas para que las consultas sean más baratas, descuentos en diferentes establecimientos como ópticas o farmacias e incluso cobertura del 80% de gastos realizados por emergencias médicas.
Seguramente pensarás que todo lo que te ofrece este tipo de seguros no es mucho, pero si haces una evaluación de todo lo que vas a gastar y lo que vale tu vida, o la de tu pareja, e hijos, verás que es esencial contar con este tipo de seguros.
Si no habías escuchado de un seguro de embarazo y estás pensando en convertirte en mamá, es momento de evaluar la mejor opción para ti.