Hace unos años quizá no me hubiese planteado esto, pero después de ser madre, siempre he tenido claro que mis hijos nunca van a jugar con una pistola de juguete, no la aceptaría como regalo y jamás les compraría un «juego» de estas características.
La insensibilización hacia la violencia y el horror sigue creciendo en nuestra sociedad, a modo de bala envenenada, los padres aceptamos modas sin plantearnos muy bien qué estamos haciendo.
Puede que muchos de vosotros me tachéis de exagerada o me aconsejéis quitarle hierro al asunto, pero se me revuelve el alma cada vez que veo a un niño con un arma entre sus pequeñas y sensibles manos.
Un poco de historia
Las pistolas siempre han estado y estarán relacionadas con el asesinato . Una pistola siempre se usó para matar, ya sea a animales o a seres humanos. La guerra está repleta de ellas, y tristemente, aún a día de hoy, hay niños que sostienen un arma con munición y olor a muerte entre sus manos.
Que un niño lleve una pistola de juguete promueve que juegue a matar, y aunque no sepa muy bien lo que significa, se está emulando la violencia sin ningún tipo de justificación.
Pistolas de todo tipo siguen a día de hoy vendiéndose en tiendas para niños, un insulto a una humanidad que pide a gritos compasión y hermandad .
El trasfondo de los juegos de pistola para niños
Los niños que juegan a matar, son probablemente carne de cañón para convertirse en adeptos a los vídeo juegos de violencia , convirtiendo su juego en un pasatiempo vacío y carente de valor para un mundo basado en la no violencia.
La violencia, jamás debiera ser un acto lucrativo, sea o no real, la ficción asomará pronto a nuestras vidas para convertirse en una realidad virtual que nos confundirá entre multidimensiones.
Para mí, que un niño tenga un arma de juguete no tiene justificación alguna , y creo que ser padres debe empujarnos hacia un análisis profundo de las cosas, dejando de repetir patrones que erróneamente hemos aceptado sin más dilación.
Un niño debe ser guiado hacia juegos creativos y de empatía y cooperación con el prójimo , todos hemos nacido para ello. La confrontación y eterna guerra física y moral entre iguales, ha estado siempre dirigida por unos pocos hijos de puta.
No compremos a nuestros hijos una metralleta de juguete, una pistola de agua…no ensueciemos su imagen y caminemos por el sendero de la no violencia.
Hola Jessica:
Gracias por este artículo. Gracias por hablar de este tema.
Nosotros hacemos homeschooling basado en valores cristianos (este término me lo he inventado yo), y el tema de los juegos violentos es algo que me preocupa.
Echo de menos justamente lo que tan bien has descrito: el niño debe ser guiado hacia juegos de cooperación con el prójimo.
En nuestro homeschooling cristiano, el amor al prójimo impregna todas nuestras actividades. Y echo de menos ese espíritu de cariño y atención hacia el otro, tanto entre niños escolarizados como no escolarizados.
A mí me costó mucho aceptar que mis hijos no eran amorosos y altruistas por naturaleza. Mi ejemplo de entrega absoluta no bastaba para que ellos fueran altruistas.
La verdad es que, cada día, la lección más difícil que aprendemos TODOS (me incluyo) es la de amar al prójimo y combatir el egoísmo.
Afortunadamente, el estar ahí a su lado para detectar el egoísmo y sustituirlo por actos amorosos ya ha dado sus frutos. Cuánto ayudan, cuánto comprenden, cuánto se fijan en lo que el otro necesita, qué palabras tan cariñosas salen de su boca, y qué mirada tan amorosa… Bueno, no siempre. Pero más que antes de que yo les guiara hacia el altruismo y la gratitud.
Como mami cristiana, siempre les digo: a Dios no le importa si sabes mucho de historia o de mates o de construcción en madera, tela o arcilla. Él sólo mira tu corazón.
En el entorno unschooler echo de menos el guiar a los niños hacia el altruismo, y no tanto hacia el desarrollo de sus propios intereses.
Supongo que todos estamos aprendiendo. Yo frené en seco cuando vi que con mi tolerancia y generosidad incondicional estaba generando un niño egocéntrico y caprichoso. Tuve que verlo por mí misma para dar el cambio y aprender a corregir y frenar a mis hijos cuando son egoístas.
En casa, casi toda actividad es para hacer feliz a alguien. Intento habituarles a pensar en los demás. Porque, al final, los hábitos van calando y van construyendo la personalidad, ¿no?
Intento que no estén mucho tiempo solos a lo suyo, y favorecemos la comunicación y el cariño todo lo posible.
El problema para nosotros se presenta cuando salimos a jugar con otros niños… echamos de menos el amor. Da igual si escolarizados o no. Seremos muy cursis, pero es que el amor llena el corazón de gozo, y sienta bien.
En nuestros avances al respecto, Dios tiene todo el mérito. Cuando conocí a Jesús hace unos cuatro años, mi corazón y mi cabeza fueron transformándose sin cesar hacia un amor puro y precioso que todavía estoy descubriendo. Él me ha hecho más altruista, a través de la conversación íntima con Él, de corazón a corazón. Él me ha dado fuerzas para combatir la tendencia egoísta de mis hijos con firmeza pero sin agresividad. Podría hablar de las bondades de la verdadera fe cristiana durante horas, pero no es éste el lugar adecuado para ello.
Espero que muchos sean inspirados por tu artículo sobre los juegos violentos. Yo necesitaba hablar de esto también.
Gracias, y Dios os bendiga.